4 oct 2013

No se lo que quiero.

No saber lo que quiero es la parte mas interesante de todo este cuento. El no rotundo a la pregunta de siempre no me lo creo. Él me hizo sentir cosas que hacia mucho, nadie me hacia sentir. Y soy su 'ella'. La que llega a su mente cuando alguien habla de amor, o de mujeres malditas. El me hizo confiar en mi misma, de alguna forma, pero también me enseñó a no confiar en nadie. Me amó, como nunca me habían amado. Y eso me hizo crecer. Me hacia sentir mujer. Me gustaba quien era yo cuando estaba con el. Y me gustaba caminar de la mano con Él. Extraño mucho caminar de la mano. Un millón de cosas de Él no me gustan, pero sigo viéndolo y poniéndome nerviosa. Eso algo tiene que significar, ¿No? Me hacia sentir completa. En estos últimos días me di cuenta que soy distinta cuando sueño con el, que duermo distinto cuando estuvo en una partecita de mi día, por más pequeña que fuera. El fue una persona que con una caricia, nunca una caricia de más, las caricias suficientes, supo tocarme más allá de la piel. Marcó una diferencia en mi. Me cambió. Tal vez yo fui el amor de su vida. ¿No es muy fuerte eso? 'No llores por quien no te ama, ama a quien llora por ti'. Y tal vez por mi bien, elegí eso. Dejarme amar una vez en la vida. Dejar de esperar, de luchar, o de ir siempre por más. Quedarme tranquila. Bien. Con el yo estaba bien. Tal vez sola no lo estaba, pero el me equilibraba. Ahora soy un desastre. Pero eso no importa. Uno no puede forzar los sentimientos, pero tampoco debe esperar a sentir siempre lo mismo. 'Yo tengo la capacidad de querer más fuerte, ¿Por que no te quiero así?'. No lo se. Lo quise de una forma particular. Como a ninguno. Pero no se si lo quiero. Si, lo quiero. Pero no se lo que quiero. Lo sueño, lo aparto a mis momentos mas especiales, lo extraño, lo busco. En nuestro mundo me siento libre. Me siento mejor cuando está. Lo veo y se me viene el mundo abajo. ¿Eso es querer, no? El problema es que no es lo que estaba buscando. Nunca lo busqué. Es la mejor cosa que jamás supe que necesitaba. Y me cuesta admitirlo. Es raro por donde lo mires, pero sabe brillar. El punto es que aún así, me gusta. Cuando es él mismo, tranquilo, caminando por una vereda vacía, me gusta. La risa del otro lado del teléfono, me gusta. Su esencia me atrae, tal vez. Algo en el destino está escrito, pero todavía no se que. En ninguna momento pusimos el esfuerzo necesario para descubrirlo. Nos rendimos muy rápido. No se como sería si vamos en serio, remando los dos para el mismo lado. No se a donde podemos llegar. Solo se que me hace bien. Pero no se lo que quiero. 

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