9 nov 2013

Verguenza.

Perdí las esperanzas de poder modificar el envase para poder estar más cerca de la gente, que no me vean distinto. No quiero inspirar mas pena, ni asco, ni dolor. Pero yo vivía, hasta hoy, soñando que algún día podría cambiar todo esto. Cambiar para bien, mejorar. Ser mas linda, mas buena, mas normal. Pero resultó que me equivocaba. Que estoy condenada a cargar siempre con esta cruz. A nunca ser amada. A ser la mejor amiga de nadie, la del rincón. Apaguen el reflector. Me da miedo la soledad y me dan miedo mis eternos defectos. Tengo un deseo; cambiar. Pero hoy comprobé que es imposible. Confirmé que nunca sucederá. Y no puedo vivir así. Resignada, destinada a sufrir, como Quasimodo, o el fantasma detrás de su máscara. Seré siempre una apariencia, como somos todos. Y no hay chances de mejorar, no soy de esas. Como el fracaso está escrito, también lo está en mi todo lo demás. Nunca sentí tanto dolor como hoy, cuando me dijeron que todo estaba perdido. Con el alma desolada, ya no hay volver a empezar para mi. He perdido mis ganas de luchar.

1 comentario:

  1. OMG ???? vamossss reinaaaa usted puedeeee !!!! ;) no me hagas llorar más con tus escritos.

    ResponderEliminar

Las críticas siempre son buenas. Los comentarios me dan ganas de seguir escribiendo. ¡Gracias!

Mi blog.

Buscar en el Blog-.

¡Gracias por leerme...!

Enigma.