Detrás de mi reflejo se distingue un día gris.

Tengo la necesidad de ser la única, y si es posible la mejor. No soporto el segundo puesto, creo que es es el peor perdedor. Quedar tan cerca te hace saber lo estúpido que fuiste, que tenias la capacidad para ganar y no lo hiciste. 

Siempre, siempre que no llego, me rindo. Esta regla no se aplica al amor, porque aunque todos y todo me digan que nunca voy a estar con vos, que no sos el indicado, que me vas a hacer mal y que no vamos a llegar a ningún lado, aun así yo sigo esperando mi oportunidad. Incluso el día que ya no te acuerdes de mi nombre, voy a seguir recordando el sabor de tus labios y esperando un beso mas. 

Soy una luchadora inalcanzable, y a veces siento que estoy nacida para sufrir.

¿Crees en el destino? ¿El destino está escrito o lo escribimos nosotros? Tal vez otra persona que sufre o sufrió  lo mismo que yo, decidió quedarse en el camino. Probablemente haya existido esa persona. Si, en alguna parte del mundo, otra parte de la realidad, una Vicky decidió terminar con su vida, porque ya no podía soportar, no quería luchar. El destino decidió poner personas en mi camino que me darían fuerzas para luchar cuando yo ya no quería. Y no digas "pobrecita, mirá todo lo que le pasó", porque eso es un factor secundario, lo que importa es lo que hice yo con lo que me tocó en suerte, como lo tomé, como tiré mis cartas. Podés decir "Que fuerte, todo lo que luchó". Y siempre, siempre con una sonrisa. Siempre con actitud de frente alta, orgullo. Pisando fuerte. Nadie que me haya conocido se olvida de mi, y no siempre eso es algo bueno.

Hace unos días me dijeron "vos tenés que ser muy buena, porque es increíble el aguante que tenés de parte de tu familia y amigos. La gente te quiere". Esto fue después del show. Yo lo se. Se que tengo muchos, y los mejores amigos del mundo conmigo, pero no se porqué. Mi tiempo se divide en pensar que no los merezco y pensar que no son mis amigos realmente. Soy muy insegura, me odio, y creo que todos, por dentro y detrás mio, piensan cosas feas de mi. O que quizá ni siquiera piensan en mi, ni se acuerdan nunca, no soy tan importante. Necesito que me den cariño constantemente, sino me siento sola.

En el escenario me muestro como soy, o al menos como soy la mayoría del tiempo; soy divertida, no me importa lo que me puedan llegar a decir, y piso fuerte, marco, te hago sonreír, te miro desde arriba. Pero no siempre es así; son más los días en que estoy deprimida, son miles las veces que odio mi cuerpo, que quisiera desaparecer. Pero eso no lo muestro, y ahí vuelve el orgullo. Lloré, me acepté, la seguí, le busqué un razonamiento lógico y le miré el lado positivo. Es más fácil sufrir y aceptarse de vez en cuando que cambiar.

Y a pesar de todo esto, todo lo que viví, sigo llorando por un amor. Estúpidos amores. Vivo en un circulo vicioso entre amores imposibles y gente de mierda. Conocí los peores dolores de este planeta, y aun así me sacan las ganas de vivir el no poder darle un beso. 

Tengo tanto miedo a mi futuro, son demasiados los aspectos que tengo que considerar para saber que es bueno para mi. A siempre vista no puedo hacer un balance de lo bueno y lo malo, así que probablemente opte por la opción fácil, mas allá de lo tristes que puedan ser las consecuencias. Tendría que abandonar muchas cosas, más de las que mi mente está dispuesta a aceptar. Son consecuencias, situaciones inevitables que tal vez algún día les cuente, que tienen que ver con mi salud, una cirugía, mis amigos, el colegio, las faltas y la puta que los re parió.

¿Llegará la paz algún día? ¿Y la estabilidad emocional? ¿El amor eterno? ¿Las buenas noticias? ¿Las ganas de seguir? ¿La fuerza de voluntad? Es tanto lo que me hace falta que prefiero quedarme acá mientras la vida corre... vuela! Que alguien decida por mi, que una vez en la vida las cosas sean fáciles. Ese es el camino que quiero. 

Este es un texto triste, un reflejo, el testimonio de una sobreviviente en un día gris, enamorada, que está un poco cansada de su aburrida vida, sus moribundas ganas de vivir y sus sentimientos revueltos.