Todo se vuelve monótono, la lluvia te hace mal. Los amigos te hacen reír, te reís con el alma y no querés parar. Das vueltas, en una calesita que va muy fuerte, sentís el aire en tu pelo y te gusta, pero te da ganas de vomitar. En un rincón, te sentás a llorar. Aparece una mano que te levanta y se ponen a bailar. Desearías haber salido antes, pero ahora no hay lugar.
Para que se te vaya la depresión del cambio de planes, vas a ponerte la ropa mas linda que tenés y a vestir tu mejor sonrisa aunque desentone. Hay que conformarse, disfrutar de lo que hay.
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