No me gustan los finales felices. Como habitual espectadora de series y películas, y viciosa usuaria de los mejores libros y los no tan buenos, siempre espero al final, la muerte. Soy de la creencia de que los finales felices no existen, que en la vida real nada termina feliz, porque si es feliz, significa que aun no ha acabado. Cuando llega el '...y vivieron felices por siempre' creo que ese libro no merecía terminar así, que esa película no vale la pena que sea vista. Que el que fue a la guerra se muere en la guerra, que el que recibió un tiro muere desangrado, que el que abandona no vuelve y que el cáncer no se cura. La magia no existe, ni las recetas milagrosas. Y cuando todo está en tu contra, ni con un golpe de suerte saldrás vencedor. Entonces, por mas ficticia que sea la obra, uno quiere sentirse comprendido y reflejado. Eso es lo que nos gusta del arte; hacerlo nuestro, sentirlo. Pero cuando de repente una luz cegadora convierte la malaria en el Pais de las Maravillas, nos decepcionamos. Porque en la vida, eso no sucede. Llega la paz, pero no el final feliz. Podemos morir en paz, pero ese no será un final feliz. No me gustan los finales felices.
Hoy, si todo sale bien, es mi último
primer día de clases.
[No existe el fracaso, solo se está más o menos cerca del éxito]-.